Crónica


Andanzas de un caminante
Episodio Nº 5.




Empecemos con un bello cuento del pueblo Shuar de la Amazonía ecuatoriana.

Así decía mi abuelo:

   Los Shuar cultivan maní en las huertas junto a sus casas porque sus nutrientes dan energía y ayudan a producir leche para amamantar a sus bebes.
Los abuelos cuentan que hace muchos años eran los hombres Shuar quienes amamantaban y criaban a sus hijos porque a las mujeres se les cortaba el vientre para sacar al bebé.
   Una mañana una mujer embarazada le dijo a su esposo: “Voy a la huerta por última vez”. Él le respondió que iba a cortar leña para prender el fogón para sentarse a esperar que le crecieran los senos y se llenaran de leche.
La mujer Shuar llegó a la huerta, se sentó en el suelo y se puso a llorar.
   “¿Por qué siendo tu tan grande lloras?”, le preguntó la Mamá Ratona que pasaba por ahí. “Porque pronto me sacarán al bebé y moriré” respondió la mujer Shuar.
   “Pero mírame a mi, yo tengo muchos hijos y muchos nietos, yo te voy a enseñar a dar a luz” le dijo la Mamá Ratona. Los ratoncitos trajeron hojas de plátano y las tendieron en el piso.
   La Mamá Coneja y la Mamá Cuy que se paseaban por la huerta quisieron quedarse a mirar, pero la Mamá Ratona les dijo que se fueran porque los mirones traen mala suerte.
   El esposo seguía rajando leña, mientras que en la huerta los ratoncitos masajeaban el vientre de la madre. Cuando nació el bebé le cortaron el cordón umbilical, lo limpiaron y lo envolvieron en hojas de plátano. La Mamá Ratona dijo “Desde ahora, es así como los Shuar darán a luz a sus hijos y en reconocimiento a esta enseñanza, dejarás que recojamos maní de tu huerta”. El trato era más que justo y los ratones llenaron sus canastas.
   La mamá Shuar entró a su casa con el bebé en brazos, vio a su esposo sentado junto al fogón con los pechos llenos de leche y le dijo: “He alumbrado a nuestro hijo”.
   Él la recibió, se quitó los senos y se los puso a la mujer.
Desde entonces, los hombres ya no nacen con senos y las mujeres Shuar pueden dar a luz y amamantar a los bebés.

Cuento anónimo, publicado en el libro, “Así dicen mis abuelos”, Ecuador, 2011.




Gritos de la Madre Tierra.

   La Amazonía ecuatoriana se extiende sobre un área de 120.000 km² de exuberante vegetación, propia de los bosques húmedo-tropicales. Sus límites están marcados por la Cordillera de los Andes en la parte occidental, mientras que Perú y Colombia marcan el límite meridional y oriental, respectivamente. La Amazonía cuenta con árboles que ofrecen excelentes maderas, abundantes minerales como el oro, la plata y el petróleo, una gran variedad de frutas y verduras y una gran cantidad de peces, entre ellos la popular, peligrosa y devoradora piraña (Pigocentrus nattereri). También existen en esta zona una gran variedad de plantas medicinales que son exploradas por compañías extranjeras, entre ellas la guayusa (energizante natural), la ayahuasca (poderoso alucinógeno utilizado por los chamanes para establecer contacto con otros mundos) y el curare (veneno empleado en la caza), entre muchos otros.
   La Población del Ecuador es muy diversa y en ella podemos distinguir 5 grupos étnicos según el censo del año 2001: mestizos 74.4%, blancos 10.5%, amerindios 6.8%, mulatos 2.7%, negros 2.2% y otros 0.3%. En el Amazonas vive aproximadamente un 5% de la población ecuatoriana, la mayoría de origen amerindio o mestizo. Existen unas 13 comunidades indígenas distribuidas en las 6 provincias que componen la región pero dos de ellas, los Shuar y los Quichuas representan casi la totalidad de la población indígena de la región. Los Shuar suman unas 110.000 personas y se encuentran en la parte sur, en las provincias de Zamora Chichipe, Morona Santiago y sur de Pastaza mientras que los Quichuas suman unas 60.000 personas y se dividen en dos comunidades ubicadas en las orillas del río Napo en la provincia de Napo y en el norte de la provincia de Pastaza.

Los amantes que se escurren por la tierra.

   La ciudad cabecera de la provincia de Napo es la ciudad de Tena, importante nodo turístico de la Amazonía. En el centro de la ciudad de Tena se encuentra una isla zoológico flanqueada por sus lados por los ríos Pano y Tena, los cuales en conjunto componen el Río Tena. Cuenta la leyenda que Pano y Tena eran amantes y que cuando el padre de Tena descubrió su amor les prohibió volver a verse. Ante este hecho, Pano se suicidó ahogándose en el Río. Tena, al descubrir la muerte de Pano, hizo lo propio y también se ahogó en las aguas. Entre los dos novios fallecidos formaron un solo rio, el Tena, que lleva el nombre de la amada. Éste es un importante río navegable y es el mayor afluente del Amazonas al cual encuentra ya en el Perú en la ciudad de Iquitos. La ciudad de Tena, al igual que la mayor parte de la Amazonía, ha estado históricamente relegada por los gobiernos. Hoy, todas las provincias amazónicas están gobernadas por dirigentes opositores a Rafael Correa. Por estos motivos, la Revolución Ciudadana (nombre del proceso político iniciado en 2007 por Rafael Correa) está priorizando esta zona para la aplicación de políticas públicas de planificación territorial que contemplan la preservación del patrimonio natural y cultural y el mejoramiento de las infraestructuras. Numerosos puentes y rutas han sido construidos en los últimos años cambiando la fisonomía de la región e intensificando el flujo de turismo. Una nueva tendencia que se observa en las últimas décadas en todo el Ecuador es el “turismo comunitario”, mediante el cual las comunidades ofrecen a los turistas bailes típicos, comidas, paseos guiados y alojamiento. De esta forma las tradiciones adquieren un valor mercantil y se ofrecen al mejor pastor en un movimiento que genera beneficios económicos para las comunidades pero que los expone a las apetencias de los consumidores los cueles provienen de las ciudades más importantes del Ecuador y del mundo y muchas veces no respetan los hábitos, las creencias y las necesidades de los comunitarios. Un amigo italiano que vive en el Tena cataloga a este tipo de intercambio como “prostitución de la tradición”. Existen opiniones encontradas con respecto a estas prácticas incluso entre los miembros de las comunidades.

Lúdica de los Monos y los niños.

   A unos 40 minutos de Tena, en el punto exacto en el cual el río Misahuallí (el cual recibe, al río Tena) alimenta al Río Napo, formando una playa de arenas blancas y aguas apacibles, se encuentra Puerto Misahuallí (primer puerto de la Amazonía ecuatoriana). En esta pequeña parroquia (categoría censal previa a municipio), los monos capuchinos pasean por la plaza y por la playa mientras se arrojan sobre los desprevenidos visitantes a quienes les sustraen alimentos, por hambre, o maquinas de fotos, sombreros o billeteras, solo por diversión. Desde los árboles cuelgan mostrando los objetos adquiridos y mofándose de los turistas quienes ya difícilmente recuperaran sus pertenencias. Existen también osos perezosos que viven en los árboles y que permanecen tan inmóviles que se transforman en hogar de cierto tipo de plantas epífitas que crecen en sus lomos y que los camuflan.
   Una de las más hermosas manifestaciones de pureza la representan los niños de Misahuallí, quienes al mediodía abandonan las aulas y corren al río y sin sacarse sus uniformes se zambullen y juegan y nadan y gozan y viven de la forma más hermosa, agradecidos a la tierra que les regala el sol y las aguas.

Un héroe anónimo que sobrevive y un carpintero que hace milagros y no es Jesús.

   Quipa es oriundo de San Sebastián, hace 32 años huyó por razones políticas del País Vasco y se refugió en el Ecuador. Compró unos terrenos y construyó unas cabañas, vivió un tiempo en Brasil pero luego regreso al Ecuador. Hace 5 años, dos desconocidos intentaron matarlo. Los cuatro disparos se alojaron en diversas partes de su duro y orgulloso cuerpo pero no lograron darle muerte. Luego de ser llevado en un avión sanitario a Quito y de numerosas operaciones sus heridas sanaron haciendo valer el coraje de su pueblo. Hoy, recostado en su hamaca, hace gala de su anarquismo y descree de la política mientras enuncia frases célebres de este tipo: “Los políticos son como los fusibles, cuando se quema uno lo cambias y el flujo de corriente sigue” o esta otra: “El ecuador es un país surrealista. Viste que el agua del inodoro en el hemisferio sur gira hacia la izquierda y en el hemisferio norte gira hacia la derecha. Bueno acá como estamos cerca de la línea ecuatorial a veces gira para un lado y a veces para el otro. Los seres humanos estamos formados por un 70% de líquido, entonces el cerebro es básicamente líquido, por eso acá no sabes nunca para que lado va a girar el líquido lo cual hace que la gente sea muy impredecible y que siempre te sorprenda”.
   Otra figura: Pancho es carpintero y está arreglando, junto a su hijo, las cabañas de Quipa. Ambos viven en una comunidad cercana pero durante la semana se quedan a dormir en lo de Quipa. Nos cuenta que además es curandero y que en su pago se practica el turismo comunitario, que de vez en cuando llega algún gringo constipado y lo llevan a su casa, que él le hace una infusión con hierbas de su huerta y que al rato el gringuito evacúa y sale aliviado. Relata la forma en la cual curó a un vecino de una picadura de culebra, solo con plantas, en un ritual que duró unas horas durante las cuales la vida del mordido pendía de un hilo hasta que poco a poco fue retomando el color, el pulso y la respiración. Por último, en una charla que dura lo que un almuerzo, Pancho afirma que en su comunidad producen en forma orgánica la mayor parte de sus alimentos, con excepción del azúcar, el aceite y el café que proviene de las ciudades. Mientras las rutas de cemento avanzan hacia la selva y las comunidades quién sabe si en poco tiempo no serán la totalidad de los alimentos los que provengan ya procesados y llenos de veneno de las urbes. Cerca de Misahuallí se está construyendo un aeropuerto que reemplazará al de Tena y que recibirá vuelos internacionales que hasta ahora aterrizan en Quito. Rutas, puentes, cables, asfalto, voracidad turística y otros demonios podrían quitarle en poco tiempo su esencia a la hasta ahora relegada pero prístina Amazonía ecuatoriana.
   Las mujeres Shuar y Quichuas, mientras tanto, siguen dando a luz y amamantando a sus niños, quienes salen de las escuelas y se zambullen en los ríos. Estas guaguas van perdiendo su inocencia al compás de la civilización que avanza galopante en su ritmo de desarrollo. El actual modelo político ampara estas prácticas y supone fuertes contradicciones, aunque no pocos avances en términos sociales, económicos y culturales. Nuestro próximo episodio se dedicará en pleno a analizar los avances y las limitaciones propuestas por la Alianza País y por su líder, el presidente Rafael Correa. Por ahora nos vamos despidiendo, ya desde Quito, a pasos de la línea equinoccial, a punto de cruzar de hemisferio, pleno y satisfecho por la gracia de un país hermoso.




Gracias Ecuador por tanta vida.

Gracias vida por la suerte de poder ser, en otro espacio de mi propio tiempo.

Hasta la próxima amigos y gracias por su compañía.

Viva, libre y pura América Latina.

Su cronista
Gonzalo Yurkievich

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