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¿Cuánto vale la vida de un pibe de 18 años?

Nota publicada en el portal de noticias  Marcha

Diego Nuñez fue fusilado en vísperas de su cumpleaños por el sargento Pablo Alberto Carmona. Estaba en Caballito con sus amigos y el policía le pegó al menos 5 disparos, dos de ellos en la cabeza. El juzgado de instrucción sobreseyó a Carmona y ayer decenas de vecinos y organizaciones populares se movilizaron para apelar la decisión judicial.




   Pablo Alberto Carmona, sargento en la división de asuntos internacionales de interpol se encontraba con su novia. Según el relato hecho por sus abogados, al ver en el palier a Diego Nuñez, le disparó “en legítima defensa”. Sin embargo la abogada de la familia Nuñez, Belén Beyrne explica que la autopsia demuestra que se disparó a matar: “Fueron al menos cuatro disparos, tres de ellos de la parte superior del cuerpo para arriba, uno en la zona inguinal. El argumento de la defensa fue que frente a la agresión de alguien que supuestamente le fue robar, la respuesta disparando era legítima defensa. Esa cantidad de disparos demuestra que no hubo legítima defensa sino un homicidio”.  


   Frente al sobreseimiento decidido por el juzgado de instrucción 40, la querella apeló. “Ayer en la Audiencia explicamos que hay medidas que no se realizaron en la instrucción, pruebas que quedaron truncas y que, si se absuelve a Carmona se vulnera la garantía de defensa en juicio y el debido proceso legal. En este caso faltan pruebas para exculpar a Carmona. Hay pruebas que no se corresponden con el relato hecho por el acusado y demuestra que dispararle, en ese contexto fue desmedido e irracional”, afirmó la abogada  Beyrne.


   En las puertas del juzgado Omar, padre de Diego, junto a toda la familia, compañeros del secundario de Diego, del bachillerato popular La Pulpería, de la Asociación Civil Miguel Bru, de la Agrupación Kiki Lezcano, Estrella Roja, Monte y el Frente Popular Darío Santillán pedían justicia. Con lágrimas en los ojos, Omar repasó una vez más cómo se enteró del asesinato de su hijo. “El 18 de abril, víspera de su cumpleaños, le compramos un nextel. A la noche hablamos quedamos en que nos veíamos en casa para cenar. Pero nunca llegó. El 19, día de su cumpleaños, me levanté y no estaba en casa.  Empecé a llamar  amigos de él, lo busque por el barrio, preguntamos en la comisaría. Nadie sabía nada. Pasaron más de 48 horas. Había algo raro, en la comisaría hablaban como si en realidad supieran. Terminé en la morgue. Ahí estaba Diego. Llegué y estaba muerto. Me dijeron que había participado de un tiroteo y que lo mataron en el enfrentamiento. Les dije que no, que mi hijo no tenía armas, que lo habían fusilado. Murió de cuclilas y con dos disparos en la cabeza, la cara quemada, tengo las filmaciones”, afirmó Omar.


   Hoy, el sargento Carmona no se encuentra ni suspendido ni investigado por la Policía Federal. Sigue en funciones. De hecho, en ningún momento lo mantuvieron incomunicado. Mientras el padre de Diego pelea por justicia, Carmona continúa con un arma bajo el brazo por las calles de la ciudad de Buenos Aires.


   Diego era un pibe como todos a los 18, soñador, tranquilo, a veces impulsivo. Trabajamos mucho para darle lo mejor a nuestros hijos y hoy tenemos que pelear para que se haga justicia. Hace poco tiempo yo no sabía que había tantos casos de gatillo fácil. Hoy veo lo de Miguel Bru, lo de Luciano Arrugo y decenas de pibes que son víctimas del gatillo fácil. A mi Gendarmería me dijo que mi hijo murió en cuclillas con dos tiros en la cabeza y la cara quemada por la cercanía del disparo. Lo mínimo que tiene que haber es una investigación profunda”.


   Hoy la justicia deberá decidir si deja el crimen de Diego impune o da lugar a la apelación hecha por la abogada de la familia Nuñez. Mientras tanto, Carmona sigue libre.

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