Cultura Plebeya




Te prefiero igual, Internacional

Patricio rey y sus redonditos de ricota.

Dejó un pedazo de vida y se marchó...

Homero y Virgilio Expósito.

   Comienzos del siglo xx. Podríamos decir cerca del año 1908 o quizá 1909. Los inmigrantes europeos llegaban de a montones a estas maltratadas tierras de América. Rusos, Polacos, Italianos, Españoles. Anarquistas, comunistas, socialistas, trabajadores que se largaban del viejo continente en busca de nuevos horizontes, los cuales le permitieran quizás, un mejor pasar. Familias enteras trasladándose de aquí para allá. La nueva y naciente Argentina era el lugar marcado en el mapa por la mayoría de los inmigrantes. Rusos y polacos inundaban el puerto de Buenos Aires. Sus valijas cargadas, llenas de ropas y abrigos. De la mano de cada uno de los adultos, algún niño o niña. Nunca faltaba la madre que estaba por dar a luz. Así comenzaba a forjarse en la Argentina un siglo xx que estaría marcado por la llegada de estos hermanos europeos, que escapando de las angustias de sus tierras veían en la argentina el refugio donde poder continuar sus vidas.

   27 de febrero de 1911. San francisco. Córdoba. El nacimiento es inminente. La niña esta por llegar. Llega con todo el calor del verano cordobés. Se escucha la fuerza de la madre, el padre esta cerca, no quiere dejar de estar presente en el nacimiento de su hija. La madre, polaca. El padre, ruso. La niña seria argentina, pero con el correr del tiempo, con el devenir de los años, esa niña que estaba naciendo en el agobio del calor cordobés, seria mucho mas que argentina o rusa o polaca. Seria eso y mucho más. El internacionalismo, la solidaridad con los pueblos del mundo marcarían su vida para siempre. Su cuerpo y sus ideas estarían marcados a fuego por el calor de una militancia que se entregaba por los pueblos del mundo, por la causa de la revolución, por el futuro de libertad por el cual la clase trabajadora y el pueblo luchaban en todos los rincones del mundo. Pero antes los llantos, los llantos de la recién nacida. Ha llegado. La espera se ha terminado. El nacimiento de una niña. Hermosa. Rubia. Cara de rusita o polaca. Se llama Fanny Jacovkis.

   1925. LA niñita rubia cara de polaca recién nacida, ya no es una niña y tampoco vive en la ciudad de Córdoba. Ya es una señorita que luego de su formación en el conservatorio nacional, comienza a buscar trabajo de maestra de música. La cosa es un poco difícil. El trabajo es escaso y el dinero no alcanza. El trabajo debe aparecer. Se hace lo posible por encontrarlo, son momentos difíciles. El taller textil será el que supere esa búsqueda y también el que comience a marca el destino de la joven hija de inmigrantes, que camina por las calles de Buenos Aires buscando su futuro. El taller textil comienza a marcar a fuego la personalidad de la joven Fanny. Su relación con la clase trabajadora porteña, conocer la realidad de los explotados y explotadas y sus luchas, la llevan a tomar partido por esa causa, que desde aquí en adelante será su causa, hasta los días del final.

   1930. El general de bigotes e ideas fascistas irrumpe en la argentina, fusilando, torturando, matando, pretendiendo desarticular al movimiento obrero organizado. Fanny comienza a relacionarse con un joven obrero de la construcción, llamado Bernardo, quien será su amor y compañero de toda la vida. Junto con el, comienzan a visitar algunos círculos de jóvenes intelectuales de izquierda, entre los cuales se encontraban, Leónidas Barletta y Álvaro Yunque, jóvenes militantes del Partido Comunista. Fanny y su compañero deciden ingresar al Partido y atreves del Socorro Rojo, comienzan a desarrollar actos de solidaridad con el pueblo argentino que luchaba contra la dictadura de los monopolios extranjeros y militares vende patria. El general Uriburu y su dictadura eran el principal enemigo. Enemigo que mantenía una clase acomodada en el poder mediante la represión y el fraude. El socorro rojo, se convertirá en uno de los principales enemigos de la dictadura. Fanny y sus camaradas comienzan a sentir que la lucha será dura, pero que es lo único que vale la pena hacer cuando esta en riesgo la libertad del ser humano. Jóvenes militantes conmovidos por el deseo de justicia, de libertad, de lucha contra la opresión.

   Agosto de 1937. El destartalado barquero Olimpié, un barco viejo y horrible, cuyo pasaje a la vieja Europa en aquel momento llegaba a la suma de 500 pesos, estaba por zarpar rumbo a tierras españolas. Allí estaba Fanny y su eterno compañero. Juntos parten a España a defender la República de las garras de fascismo. La República, con los brazos abiertos recibirá a miles de hermanos, combatientes revolucionarios de todo el mundo que conmovidos por la causa de un pueblo, por la revolución de un pueblo, llegaran a tierras españolas para decirle al fascismo que no pasaran. Fanny y Bernardo llegaran a Valencia junto con cientos de camaradas de las Brigadas Internacionales. En su carácter de combatientes, Fanny y Bernardo se disponen a lo que sea necesario para ayudar al frente de batalla. Un encuentro con el gran poeta Antonio Machado y más tarde con Miguel Hernández, los llevara a trabajar juntos en una de las campañas de alfabetización más grande que hiciera la República, dirigida al pueblo valenciano y a los soldados combatientes republicanos. Fanny y Bernardo dos compañeros inseparables, combatiendo en suelo extranjero, por una causa que era ya de ellos y de un pueblo entero, que luchaba contra la muerte y la opresión. El internacionalismo proletario, la lucha codo a codo con cualquier pueblo del mundo que este liberándose de sus opresores. La lucha contra la injusticia en cualquier lugar del mundo. Comunistas y anarquistas llegando a suelo español para dejar sus vidas, su sangre en nombre de la revolución española que era ya, el nombre de la revolución mundial.

   La derrota de la república, fue la derrota de un pueblo y de sus acompañantes solidarios que habían llegado de todo el mundo. Fanny y Bernardo. Regresaban a Barcelona cuando la derrota era inminente, con la muerte pisándole los talones, el aliento de los verdugos los tenía acorralados, la República caía en manos de los fascistas y sus aliados.

   1938. Regresar con la derrota a cuestas, con el sabor amargo de la revolución congelada, detenida, demorada. El sabor amargo de ver detenido un proceso que conmovió y provoco la solidaridad del mundo entero. La rabia contenida por el detenimiento de un proceso revolucionario que había comenzado a repartir la tierra entre los campesinos, que tenia un programa de gobierno revolucionario, en donde había tierra para quien la trabajaba, escuelas y hospitales para el campesino, el cuidado de los niños y las niñas, la creación de centros de recreación y cultura para las masas populares. Un programa de gobierno revolucionario detenido por la violencia de un enemigo que luchaba sin compasión, sin el mas mínimo respeto por un pueblo por parte de sus generales y oficiales, miembros de un ejercito cobarde y traidor.

   La República, es un hecho de una significación trascendente, aquellas brigadas internacionales que llegaron a España diciendo “por vuestra libertad y por la nuestra” todavía me conmueve. Y así fue que un tercio de los combatientes internacionales quedaron en tierra española, murieron en tierra española. Fue un hecho trascendente en la historia de la humanidad, Así reflexionaba Fanny muchos años después siendo entrevistada en una tardecita porteña, sentada en un banco del parque Lezama.

   La única lucha que se pierde es la que se abandona, reflexionaría Fanny, militante comunista incansable. Marxista, feminista, luchadora infatigable por los derechos de la mujer, de las mujeres. Fundadora de la Unión de Mujeres de la Argentina, con la cual lucho por la igualdad, la equidad y la libertad. La lucha por dejar de ser una cosa en la casa, que solo hace tareas domesticas y cuida a los niños. Que no le vinieran con eso a esta luchadora. La mujer es luchadora como el que más. Nada de la mujer pegada a la cola del marido. La mujer en libertad, construyendo mano a mano, en igualdad de condiciones con el o los compañeros. Referente de las luchas de la Federación Democrática Internacional de Mujeres, y la lucha de todas la mujeres del mundo que pelean contra el patriarcado y por ubicar a la mujer en otro escalón de la sociedad, separándola de su solo e impuesto rol de madre, que lava, plancha y cocina. Fanny entrego su juventud y gran parte de su vida a la lucha por la libertad de la mujer.

   Compañera de todas las luchas de los pueblos de Latinoamérica y el mundo atreves de las federaciones de mujeres de las cuales fue parte impulsando programas de acción donde defendió los derechos de la mujer y los trabajadores. Siendo la referente del Año Internacional de la Mujer y el Encuentro de la ONU en Nairobi en 1975. En su lucha contra la última dictadura presentó, en 1978 ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra testimonios de familiares y víctimas del terrorismo de Estado.

   Presidenta honoraria e indiscutible referente del Partido Comunista de la Argentina. Fanny alcanzo a vivir cien años. Cien años dedicados a la militancia política y social. Cien años dedicados a la solidaridad con los pueblos del mundo. Cien años dedicados a la lucha por la emancipación de la mujer del yugo del hombre. Cien años dedicados a luchar infatigablemente por la justicia, por la igualdad, por la libertad. Cien años dedicados a construir una sociedad justa, donde el hombre no se el lobo del hombre, donde la mujer no este oprimida. Cien años de lucha por el socialismo. Luchando por la construcción colectiva de un mejor futuro para nuestro pueblo. Incansable y enorme lectora. Mujer de izquierda. Anticapitalista y anti patriarcal.

   El primero de noviembre de 2011, después de unos meses de un emotivo homenaje al cumplirse sus 100 años, Fanny Edelman nos dejaba, se nos iba en un último suspiro, un suspiro de lucha revolucionaria, un suspiro de solidaridad con el compromiso de los pueblos y militantes que luchan por el socialismo en todo el mundo. Una romántica con convicciones políticas, que creía que la revolución era inevitable. Optimista de la voluntad y pesista de la inteligencia. Nos dejaba su vida como testimonio de compromiso, de entrega, de lucha, de solidaridad. Su legado plebeyo, socialista, feminista, revolucionario seguirá dándonos sus fuerzas en la lucha por un mundo mejor, libre y solidario.



No hay comentarios:

Publicar un comentario