LO INSULZA QUITA LO VALIENTE
Por Ariel Fichera
La reciente visita del titular de la Organización de Estados
Americanos (OEA), el chileno (¿socialista?) José Miguel Insulza a
Asunción del Paraguay, fue la mejor noticia que el presidente de facto
Federico Franco y sus secuaces recibieron desde el golpe de estado del
pasado 22 de Junio.
Cada una de las acciones desplegadas por la comitiva de la OEA en la
capital paraguaya fue un guiño a los golpistas. Entró en escena muy
tarde comparado con la reacción del bloque del Mercosur y la Unasur.
Apenas arribado, Insulza declaró que iba a reunirse con "ambas partes
del conflicto", colocando en un plano de igualdad a un gobierno
derrocado que había sido elegido por el voto popular frente a una
banda de golpistas, integrada por políticos de los partidos
tradicionales, terratenientes ligados al negocio agroexportador de la
bendita soja y los dueños de los medios hegemónicos de comunicación
que ven en Federico (así, con esa confianza lo llaman), a uno de los
suyos.
Insulza justificó la máscara institucional del golpe argumentando que
como en la destitución de Fernando Lugo no habían intervenido fuerzas
militares no era correcto afirmar que estábamos en presencia (una vez
más) de un golpe de estado. Un delicado equilibrio entre ignorancia,
cinismo y hasta complicidad es lo que explica la vergonzosa actuación
de la OEA.
Mientras los pueblos de nuestra Latinoamérica se indignan y condenan a
viva voz el golpe contra Lugo, Insulza y sus diplomáticos siguen
cautivos de lógicas herederas de tiempos de la doctrina Monroe.
La Insulza actitud contribuye, y ellos bien lo saben, a la
consolidación de este "golpe de estado de nuevo tipo", como ocurrió en
Honduras contra Zelaya, como lo intentaron contra Evo Morales y Rafael
Correa... ¿Seguirá la lista? Dependerá, en buena medida, de la astucia
y la rapidez de nuestros pueblos para comprender los datos que provee
esta nueva realidad; una realidad en la cual no hay lugar para esperar
por las opiniones y acciones de la OEA.
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