Diálogos

“El estudio es una forma de ser libre dentro de paredes y rejas. Uno está acá físicamente, pero de pensamiento sos libre” (Adrián, estudiante de la Unidad Penal XV de Batán)

Organizaciones sociales en La Plata, Gran Buenos Aires, Mar del Plata, Capital Federal y Neuquén sostienen trabajos en Unidades Penitenciarias. Son experiencias relacionadas con el acceso a la educación, comunicación y cultura. A partir de la divulgación de las fotos del ex baterista de Callejeros en una actividad de la agrupación Vatallón Militante, desde los medios de comunicación hegemónicos se cuestionó la participación política en las cárceles. Desde el Colectivo de Acción Jurídica Popular “La Grieta”, que junto a otras organizaciones sostenemos hace más de un año un taller en la Unidad Penal XV de Batán, les acercamos algunas perspectivas para profundizar el debate.

Cambio social sin muros

Luis Bruschtein, en su columna del sábado 4 de agosto en Página/12, sostuvo que “si hay una posibilidad de cambio, tendría que estar en la cárcel, siempre que ésta no reproduzca las mismas condiciones que hicieron al delincuente. Por lo general, las cárceles son amplificadoras de esas condiciones y por lo tanto toman la forma de fábricas de delincuencia”. La idea que la sociedad tiene de las cárceles es que quienes están adentro no se merecen nada mejor porque son personas peligrosas. Pero no se suele reflexionar sobre las condiciones de encierro y si efectivamente el actual sistema carcelario colabora con la llamada “resocialización” o si, por el contrario, son instituciones que mantienen las desigualdades y fomentan el delito. Pero adentro de las Unidades Penales hay detenidos que quieren estudiar, hacer una revista, tener un programa de radio, escribir poemas, dibujar o luchar por la implementación de nuevas carreras universitarias. Esas iniciativas se dan en espacios de participación y formación que son los que permiten desdibujar por un momento el adentro del afuera. También representan la posibilidad de ejercer derechos que son cercenados en la cárcel, y que en la mayoría de los casos les fueron negados en libertad.

El trabajo social y político en contextos de encierro, que sostienen distintas agrupaciones políticas en articulación con las experiencias de organización en los barrios, las universidades y los sindicatos, abren una alternativa más para terminar con una vida vinculada con el delito.

Militancia Tumbera

“La sentencia crea una nueva calidad para el imputado en su contexto social, lo ubica en un estado que no existiría sin la sentencia. Así, se habla de dos conceptos claves en torno a este tema, la “distancia social” que aísla a la población criminal del resto de la sociedad, una suerte de “prohibición de coalición” que desalienta toda forma concreta de solidaridad hacia los condenados y de ellos entre sí”

Alessandro Baratta

Para llegar al “área de tratamiento” donde funciona el aula universitaria de la Unidad XV de Batán hay que atravesar varios paso-ductos. Adentro de la sala hay una biblioteca. El aula es el lugar de encuentro de los detenidos que estudian abogacía y de los que participan de algún taller. Los martes de 11:30hs a 14:00hs, desde el Colectivo de Acción Jurídica Popular “La Grieta” y la agrupación estudiantil “Avanzada”, sostenemos un espacio de formación y debate abierto a toda la población del penal. En un primer momento, era un taller de argumentación jurídica y redacción de escritos. Pero con el tiempo el taller tomó su propio rumbo. Ahora, en los encuentros que se sostienen hace más de un año, no sólo se habla de derecho, sino también sobre el sistema penitenciario y la realidad carcelaria. Leemos noticias, fallos, leyes, miramos películas o documentales. También escribimos y la producción se vuelca en la revista “Libres por Derecho”. Esta herramienta de comunicación se reparte entre los detenidos que no concurren al aula e intentamos que llegue afuera del penal. Es un instrumento de reflexión, un espacio de libertad y la posibilidad de mostrar lo que hacemos. La educación en cárceles es un tema muy importante para nosotros porque creemos que es una forma de resistir el encierro, la manera que encontramos de aportar a la formación de los detenidos y de romper con el aislamiento individual que genera el sistema carcelario.

Sostener cotidianamente las actividades del aula es una manera de defender el espacio que ganamos entre los pibes del penal y los que participamos desde afuera. A través del tiempo se establecieron vínculos solidarios entre ellos, y el espacio les sirve para salir de lo que llaman “la lógica del pabellón”. Ellos son los sujetos principales y motores fundamentales de estas iniciativas. Buscan cambiar y mejorar su realidad dentro de la cárcel. Tienen en claro que pedir más carreras universitarias, actividades culturales o cualquier otro tipo de proyecto, es una forma resistir el encierro y adquirir nuevas herramientas para cuando recuperen su libertad. Saben que es importante dejar algo organizado para los que van a llegar, un espacio de transformación dentro de los muros.

La militancia política y la vocación de transformación de la realidad que atraviesa la decisión de trabajar en contextos de encierro, es la misma que se lleva a un barrio, fábrica o centro cultural. Esa misma vocación nos lleva a insistir para que la sociedad entre en el debate sobre el sistema carcelario para transformar una sociedad que “tira” gente a la cárcel y espera que se “re-socialice”, cuando en realidad, una vez adentro, no reciben más que torturas, vejaciones y violaciones de derechos.

Es fundamental que las organizaciones sociales no releguemos ni dejemos de debatir un tema tan central como es el sistema carcelario. A pesar de que no sea algo que se pueda cambiar a corto plazo es importante empezar a hacer algo en este sentido. Por eso valorizamos el espacio que hemos podido construir en la Unidad Penal XV. Un espacio de resistencia y lucha, en el cual todos comprendamos que la salida no es individual sino colectiva; que la cuestión no es salir y adaptarse a esta sociedad que excluye y oprime a los sectores más vulnerables, sino que el objetivo es salir para transformarla organizada y colectivamente.