SEAMOS CAPACES DE SENTIR
"Me voy corriendo a ver que escribe en mi pared la tribu de mi calle"
Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
Un hombre corta un puente, una mujer corta una calle, miles de familias cortan una ruta. El tizon ya esta encendido. El humo negro de las gomas cubre los rostros de un pueblo entero. Pañuelos tiznados. Barriadas enteras levantándose contra un modelo que solo produce explotación y marginalidad. El barrio se convierte en asamblea, el piquete en método de lucha. Piquete y asamblea. El desocupado sale a buscar a sus hermanos, compañeros, compañeras.
Los fogones llaman a la lucha. En las rutas, en las calles, en los puentes. Desocupados, trabajadores precarizados, docentes y estudiantes. El pueblo trabajador se vuelca a la calle.
Teresa sale de su humilde hogar dispuesta a sumar fuerzas a la resistencia neuquina. Las rutas 22 y 17 siguen cortadas. Se escuchan los disparos. Ellos siempre están. Dispuestos a cuidar los intereses de los que más tienen, a costa de llevarse las vidas de los que no tienen nada. Sirenas. Disparos. Gendarmería avanza arrasando con el piquete. La olla popular se desparrama arrasada por la soberbia policial. La represión llega hasta el barrio. Sirenas, disparos. Teresa Rodríguez, empleada domestica, madre de tres hijos, cae al suelo luego de ser atravesada en el cuello por una bala policial. Su sueño de amor quedo allí tendido, entre el barro y el barrio, pero su entrega y su espíritu de lucha dio fuerzas para seguir peleando.
Cutral Co, Plaza Huincul, piedras contra balas, la intifada neuquina resiste. El gobierno de la provincia tiene que responder a los reclamos de los desocupados. El calor de los fogones, la solidaridad de la ruta, la rabia por los compañeros caídos, el odio a las fuerzas represivas, van creando una nueva identidad. Piquete y asamblea, el pueblo se organiza.
Foto: Polaco |
Tartagal resiste, Mosconi resiste, los pueblos de nuestra Argentina se levantan en pie de lucha para resistir al neoliberalismo, el saqueo, el vaciamiento, la desocupación.
Las manos transpiradas de Aníbal se confunden con la tosquedad de los cascotes. El piquete esta fuerte, la gendarmería avanza. No se puede retroceder. Hay que aguantar. Aníbal se seca las manos, la transpiración lo confunde, lo molesta. Le deben 8 meses de sueldo. Aníbal, chofer de ómnibus. Combativo. Hábil para la gomera. El esta allí, junto a su pueblo luchando por la dignidad de los trabajadores. La policía avanza, dispara, otra vez dispara. Aníbal Verón cae en la ruta con su rostro destrozado. El pueblo no aguanta la injusticia, la indignación se convierte en fuerza combativa. Fuego a la comisaria. Fuego al diario El Tribuno, propiedad del gobernador Romero.
Fuego a la empresa Atahualpa, donde trabajaba Verón. Fuego a EDESA. Fuego a la municipalidad. Fuego a rentas. Con estos pueblos no se jode.
2001 odisea espacial. El pueblo argentino dice basta. Basta de hambre, de ajuste, de precarización, de miseria, de marginalidad, basta de represión. Basta de someternos a los intereses de los poderosos, de los grandes monopolios, de las recetas del FMI y del banco Mundial. El pueblo sale a la calle, las asambleas populares se multiplican. El escenario son las calles de la Capital Federal y el Conurbano Bonaerense. Lucha de calles, lucha de clases.
La mañana del 20 de diciembre de 2001 encontraba a Gastón trabajando. La noche anterior ya había estado en plaza de Mayo con sus compañeros. Todos ellos decididos a estar allí. Por que la crisis había que enfrentarla y ellos como trabajadores tenían que estar en la calle. Antes de las 11 de la mañana la Policía reprimía a Madres de Plaza de Mayo. Los motoqueros comienzan a moverse por todas las paradas, sumando compañeros de trabajo para ir a la Plaza a repudiar la represión. Formando distintas columnas llegan a Plaza de Mayo. Son 500 motoqueros que avanzan lentamente, con miles de personas atrás. Ellos lucharan en sus puestos de trabajo. Las calles del micro centro porteño. Sus herramientas, serán sus motos. Yendo de barricada en barricada, asistiendo compañeros, llevando piedras, aguas, limones, llevando mensajes, alertando sobre los movimientos de la policía, levantando compañeros caídos. La calle los hace solidarios, la rebeldía de convivir todos los días con la muerte en las calles mientras el patrón se queda con todo. Sus motos como escudo, piedras contra balas. En la calle Tacuari, tras un disparo de las fuerzas represivas Gastón Riva cae herido de muerte. El dolor se vuelve indignación, los compañeros del Sindicato Independiente de Mensajeros y Cadetes siguen peleando, fuego a patrulleros, piedrazos contra la policía que se cobrara la vida de otro joven luchador.
Foto: Polaco |
Darío y Maxi. Kosteki y Santillán. Jóvenes militantes. Trabajadores desocupados. Compañeros de lucha, de una juventud que quiere cambiar las cosas, que necesita vivir de otra manera, sin violencia, sin explotación, sin compañeros asesinados por la policía en nuestros barrios. Darío y Maxi entregan sus vidas por un proyecto colectivo, por el Cambio Social. Dario y maxi no están solos, su trabajo, su militancia, su compromiso y su entrega viven en cada militante, en cada compañera, en cada compañero. Juicio y castigo a sus asesinos.
Teresa, Aníbal, Gastón, Darío, Maxi, jóvenes, militantes solidarios con un pueblo que lucha. Como sea y donde sea. En las fabricas, en los colegios, universidades, en los barrios, en las calles, en las plazas.
Rebeliones populares, lucha de calles, piquetes, puebladas. El cuerpo lo pone el pueblo. Lucha y resistencia en Argentina. El pueblo sigue luchando en las calles, reclamando trabajo, dignidad, y justicia.
Tengan cuidado, los años en los que estuvimos dormidos han pasado, nos hemos equivocado, nos seguiremos equivocando. Vivimos procesos complejos y contradictorios, pero las puebladas surgidas en los años 90 como respuesta al saqueo neoliberal y su posterior profundización en diciembre del 2001, han dejado una profunda huella en el pueblo argentino que seguirá luchando y creando alternativas que desde lo político, lo social, lo cultural nos permita construir el Cambio Social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario