SUMARIO
Llegamos al número ocho ¿Cómo dice? ¿Que de pura suerte? No señor, aquí hay gente trabajando las 24 horas para usted. Figúrese que de entrada nomás, con pasar a la siguiente sección, que debería llamarse OPINIÓN si el editor no se ha equivocado demasiado, la cosa ya se pone espesa. Quiero decir, mi estimadísimo e incomparable lector, que se trata de una sección que hay que ojear disimuladamente, con el rabillo del ojo le diría. Ahí está la derecha recalcitrante de la Argentina, con una cacerola en una mano y la cabeza de algún periodista mínimamente ético en la otra. Y si usted insiste en mirar fijamente, ni que hablar de hacerles alguna pregunta, puede salir malherido. Pero no se preocupe, ya veo que pone cara larga y quiere irse a otro blog más tranquilo, donde le enseñen a preparar una rica ensalada o a armar avioncitos de papel para sus hijos. Espérese un tantito así, que acá también la seguridad la hacemos entre todos. Pase y lea tranquilo, sólo le decimos que tenga cuidado por su propio bien. Ahora bien, si observa que Cecilia Pando se le arroja empuñando una sartén, mejor será que atraviese con su delicado mouse los portales cibernéticos que lo lleven a la siguiente sección.
Entonces sí, ya más relajados, y luego de tomar un poco de agua, le contaremos que dispone de la infaltable sección de nuestro blog que ha nacido para triunfar, ganar dinero y convertirse en cultura hegemónica. Pero por ahora sigue siendo esa parte oculta en el corazón de cada habitante de nuestro suelo, y más allá también. Sigue siendo esa CULTURA PLEBEYA que nos emociona cuando la vemos (realmente se vuelve escurridiza por momentos). En ese rincón espera el relato emotivo del camarada Funes, junto a Martín García. Estos dos particulares serafines de la pluma literaria nos llevan (cual Virgilio en el profundo azote helado del infierno, creo haberlo dicho ya) por las experiencias de los curas tercermundistas, los curas villeros que dieron todo a cambio de nada, y fueron negados por la propia institución que alguna vez dijo darles cobijo. Ahí estuvieron ellos luchando contra las injusticias en los barrios de las periferias del planeta, donde los pibes de ayer, de hoy y de siempre se nos mueren por la indiferencia de una sociedad que los condena, de un estado que los reprime y de una institución que los obliga a una vida miserable.
Pero no todo lo bueno ha quedado atrás, centrífugo lector, mire allá adelante, qué le parece a usted. Seguramente una barbaridad. Se trata del IV Foro Nacional de Educación para el Cambio Social. Pequeño nombre se han echado estos muchachos, y además contaron con la participación de más de cuatro mil personas, entre estudiantes, docentes, investigadores e intelectuales de todo el país y América Latina. Nuestra FOTOGALERÍA lo invita humildemente a observar cómo se sigue construyendo esa cultura popular y plebeya, lentamente, pero a paso firme, y con la participación de la juventud militante que continúa el camino trazado por tantos y tantas compañeras de lucha, a lo largo de nuestra historia. No se asuste esta vez, flameante lector, que a la Pando por estos pagos no se la vio nunca.
Además el inescrupuloso material fotográfico de Romina Elvira, pincelado por la fina y deliciosa muñeca de nuestra Natacha Mateo, que ha hecho delicias con la sección y promete más con cada nueva INSTANTÁNEA DE LA CALLE. Ahí donde su ojo, brillante lector, no estuvo para captar ese momento único e irrepetible de la vida, sí estuvo la astuta mirada de doña Elvira, con la explicación posterior de Natachita por si se pierde en el camino.
¿Aún desconfía, pomposo lector, de nuestra materia prima? Entonces remataré este breve sumario contándole que, de la mano de Federico Polleri, puede pasearse por el DIXIT, donde, con motivo del día del periodista, realizamos un pequeño homenaje a un gran periodista de nuestra ciudad: Amílcar González, secretario general del sindicato de prensa de Mar del Plata, trabajador
del diario La Capital, corresponsal del diario La Opinión de Buenos Aires y jefe de la corresponsalía de la agencia de noticias Télam. La dictadura militar, faltaba más, lo secuestró y lo torturó, para luego obligarlo a vivir un largo exilio en Venezuela.
Y como sería ridículo poner la cereza debajo del helado, la hemos dejado para el final, como corresponde. La ENTREVISTA a Osvaldo Bayer, quien visitó en estos días nuestra ciudad de Mar del Plata, y fue interceptado por el susodicho Polleri, con fotos de Ayelén Touzet, y… sí, créamelo, otra vez Romina Elvira, que parece multiplicarse y fotografiar a troche y moche todo cuanto sucede en este pequeño pueblo portuario.
Si aún desconfía de tan magnífico semanario, ingrese al QUIENES SOMOS (tan habitual en este tipo de espacios virtuales), y sáquese la duda. Y si al fin algo se ha llevado consigo, compártalo con sus pares, abra debates, escupa sus ideas sobre el firme suelo que sostiene nuestros pies y nuestras cabezas.
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